viernes, 10 de septiembre de 2010

LAS ENTRANAS DE LA PRIMERA VIDA (una mujer llamada Nadie)

Nadie...con sus delgados dedos arrancó,
Las membranas que cubría su vista, su cuerpo;
Descubrió que sus raíces, vivieron siempre dentro de la tierra;
Después de un largo exhalar,
Sintió la necesidad de caminar;
Sus pasos se fueron bordeando varias lunas,
Saltó el charco,
y entró por la ventana,
Su corazón empezó a latir con mucha fuerza,
Cuando vio la inmensa luz del sol,
Pintando todo el espacio.


Hasta la sombra brillaba aguareciendo bajo el telar de arañas,
De repente….
de dentro de la sombra,
Brotó la melodía de un suave aleteo,
Qué, Si aprendes a escuchar,
Tu razón se liberará, y
No habrá nunca más que huir.
Susurraba el viento,
Mientras empujaba las ramas secas por el desierto.


Nadie, la mujer de los once mil ojos lo escucho...
y, despertó recostada en la arena,
Sosteniéndose de un hilo,
No recuerda el camino que la llevó hasta aquí.
Los raspones cicatrizados,
No recuerdan lo que pasó,
Mientras caminaba dormida.


Sus uñas han mudado, su cabello a vuelto a crecer,
Después de la aventura de navajas, con quien pulió su cráneo,
Para ir a desafiar a la vanidad,
Varias espirales, han rosado su piel.


Con cuidado, Nadie,
Cubre las costras de sus hombros con una delgada manta,
Camina a prepararles el desayuno a los ángeles,
Planean salir temprano,
A cuidar suicidas,
A jugar con regalos rechazados y olvidados.
Debajo de las mesas de rancios lugares.


Nadie...Creía que los ángeles, siempre tenían alas,
Un día caminando entre los hornos de hacer ladrillos;
Pensó ver uno de ellos,

Pero, era imposible no tenia alas
El caminaba escondido bajo las sombras.

El lugar se convirtió en un laberinto,
No importaba, más que cada paso del angosto sendero.

Aquel hombre era antes un ángel,
Que decidió morir algún día,
Sus ojeras, eran el rostro de la melancolía,
Una mezcla de tristeza y dulzura
Era su esencia.


Nadie... temblando toco los labios del extraño

Todo giraba, en círculos amplios que se convertían en diminutos y viceversa
Un collage de imágenes los rodeaban,
Inundados de un gran vértigo,
Se soltaron de las manos
Cayeron sobre el pavimento;
Una lluvia de plumas negras lastimaban sus ojos.
Con el destello azul, del reflejo de la luz.


Donde estás?
Te extraña la inconsciencia,
Más que la realidad;
! Gritaba ¡mientras sus pequeños pies,
Dan pasitos confundidos,
Para no pisar a los alacranes
Cubiertos de plumas.


Nadie...lo encontró sentado con los pies colgados al vacio,
Sus ojos, blasfemaban lágrimas,
Y su boca, se auto flagelaba con la palabras absurdas
Con arrepentimientos vanos y miserables.
Lloriqueos de quien no se hace cargo de su verdad,
Son frases que rebotaban sobre oídos cerrados.


Los pétalos, se han dormido, como queriendo volver a nacer,
Para no oír plegarias falsas que apuñalan;
Forcejea con su espiritu,
En desesperante auxilio.

 Busco desaparecerte en mi pecho,
Para que vivas mis entrañas,
Para que sientas el espesor desnudo,
Con las manos llenas y los labios sedientos.

En sus gemidos sin oídos,
Él se retorcía sobre la lástima
Buscando una caricia,
Algo de una lechosa pena,
Para consolar su respirar.


Ella era la réplica exacta de todo ese delirio.


Nadie...Tomo aire y se sumergió bajo el agua por varias horas
Nadie.....fue muy feliz
Ahora es ella quien tiene alas,
Cuando despertó,
No sabía que iba a ser así.
Nadie, respiraba agitada, mientras decia.....

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