LOS CAMINANTES HACIA LA NADA

Mientras recojo los restos que dejo el naufragio
El agua me toca,
Los recuerdos suben por mis pies,
Arrastrando vienen,
Besos olvidados, y lágrimas de alegría.


A mis treinta años,
Me puse zapatos, por primera vez.


Mientras caminaba,
Pensaba,
! Conozco el sendero ¡
Me lo han contado los caminantes que van hacia la nada,
Lánguidas venas laten,
En una imagen de luz tras el espejo.


Con ojos de dulce ilusión,
Salí del escándalo de las olas del mar,
Comiéndome las lenguas, que latigiaron mi corazón,
Desalmado, amado,
Con hachas de cuarzo descascararon la pared
Mientras dormía en la oscuridad.
Mis deseos sonaban como caldero vacio.

Basta!!!
Gritó el grillo,
Que vive dentro de los espacios vacios de los pensamientos,
Ya no te inundes que no puedo respirar,
Una carcajada le respondieron de algún sitio,
Algunos cerebros se han roto mientras flotaban en miel;

Me miraban.
Más,
¿Cuántos juegos de miradas, eran en realidad escudos?
Para que no me escucharas gritar, de ausencia, de desconsuelo
Amarré la lengua a las lágrimas,
No importaba,
Sabía que tenía que seguir caminando......


Tantos años han pasado,
Y nunca me quite los zapatos
Nunca pensé dormir, debajo de la mano de mendigos,
¿Será que entendí lo que salí a aprender?


Una suave brisa erizaba mi piel,
Despierto con mis pies en la arena,
Mis andrajos se convertían en alas,
A un lado de la mesa de la morgue
Descansan mis zapatos.